Entre cervezas y molletes.

Tarde de jueves o viernes, no lo recuerdo, poco importa la fecha. Me reuno con un viejo amigo de la universidad.

-Dos Indio por favor.

- Y unos molletes...

- Y cómo te ha ido cabrón.

-Pues más o menos ya sabes la cosa está muy difícil, no hay chamba.

1hr después de pasar por diversos temas como el fútbol (los Pumas), mujeres (viejos amores), tecnología, política. Breve todo eso que puedes platicar con un amigo. Acaso no es maravilloso nunca llegar a un momento donde el silencio es incómodo, el caso de una sobremesa con desconocidos (Mmm ...y qué color te gusta, o qué música bla).

-Oye ¿no has notado que apestamos menos?

- ( ) ...La cuenta por favor.

¿Stress?

¿Tensión corporal que te pide un masaje a gritos?, ¿pocas horas de sueño?, ¿duermes de las 4 de la mañana y despiertas a las 7 u 8 am? Cualquiera diría que tu trabajo es absorbente.

- Al menos debes obtener una remuneración económica que amerite el deplorable estado físico en el que te encuentras. -Dice Uno.

Aunado a lo anterior, ¿existen malestares estomacales y un consumo desmedido de tabaco y cafeína, tus ojeras y tu poco peso te hacen ver como una piltrafilla?

-Necesitas vacaciones. -Dice Otro

-Mmm, no es eso. -Respondes tímidamente.

-(Si supieran que en realidad lo que necesito es un empleo, que la satisfacción de haber concluido los estudios se derrumba al encontrarte en tal situación). -...piensas.

-Si, si tienen razón amigos (Uno y Otro), me voy a tomar vacaciones. Mmm... ¿tienes por ahí aquel periódico donde vienen los masajes ejecutivos? El trabajo me está exprimiendo.

-Ah sí!, el Excelsior.